SOBRE MÍ
Leticia Muñoz es licenciada en Bellas Artes y profesora de la Escuela Superior de Diseño de Palma, donde actualmente vive y trabaja.
Artista Multidisciplinar, ha estudiado en diferentes escuelas de Francia y México, adquiriendo en su trabajo una amplia gama de técnicas y lenguajes Plásticos (escultura, fotografía, vídeo), y Corporales, (danza contemporánea, teatro y performance).
Ha participado en diferentes Festivales Internacionales como Water Tower Art Fest, en Sofia, Bulgaria, Festival de Video Danza de Mallorca, Bang, Festival Internacional de Video Arte de Barcelona. Ferias de Arte : Art Athina y Platform Projects en Atenas y Supermarket en Estocolmo, Instituciones Públicas: Instituto Cervantes de Sofia, Art Academy of Latvia, Dansmuseet (Museo de la Danza), Estocolmo, CDEX Université du Quebec à Montréal, Canada, Fine Arts Tapestry Museum of the Tbilisi State Academy of Art, Georgia, y en Akademi Sztuk de Loodz, Polonia. Así como en Museos de Mallorca: Es Baluard, Casal Solleric y Fundación Miró.
Su trabajo se centra en la representación de los estereotipos, la simbología, el empleo de imágenes y productos icónicos, el juego, y el rol social de la mujer, como manera de poner en evidencia y fuera de contexto, este tipo de conductas sociales generadas por la sociedad de consumo.
Interesada en el cuerpo politizado del individuo como receptor de estos estímulos, pensador, perceptor y canalizador que refleja el comportamiento social, a modo de enajenación con comportamientos anestesiantes ante la realidad. Las acciones se presentan como video performance, técnica que emplea como resultado global de la puesta en escena del propio cuerpo, la imagen y el espacio, escenográfico o real.
Lo íntimo y el entorno cotidiano y ciertos roles sociales son la base de su trabajo, que suelen mezclarse con el sentido del humor y el absurdo de ciertas escenas cotidianas y sociales que reflejan la realidad a modo de tragicomedia. Haciendo de lo pequeño, intimo y concreto una manera de posicionarse y un camino a recorrer hacia lo lejano, la utopía y lo ideal.
La sencillez, como un grito sordo al vacío y anacrónico hacia los excesos que la sociedad de consumo nos tiene acostumbrados.